TIPOS DE CIERRE DE PENDIENTE
Cuando compras unos pendientes, lo primero en lo que sueles fijarte es en su diseño, los materiales que lo componen, si te sientes cómodos con ellos y, en definitiva, en la parte más vistosa. Sin embargo, hay un detalle a nivel estético muy importante que es necesario valorar y que normalmente pasa a un segundo plano: hablamos de los tipos de cierre de pendientes. ¿Alguna vez te ha pasado que te ha costado ponerte o quitarte tus pendientes? Y es que todo diseño viene determinado por su tipo de cierre que se adapta a los gustos y necesidades de cada persona.
Existen diversos tipos de cierre de pendiente que quizás desconozcas. Pues bien, en este artículo vamos a desvelar cuáles son para que tengas una idea mucho más clara a la hora de decantarte por un modelo u otro:
- Cierre presión
Este tipo de cierre es el más común y el más utilizado en joyería gracias a su comodidad. Recibe también el nombre de cierre de tuerca. Puede ser simple, de rosca o de mariposa, siendo este último el más seguro y usado ya que, al tener un pequeño surco, sujeta el perno o “palito” a la perfección y se ajusta la tuerca que lleva para unirlos. No se recomienda ejercer demasiada fuerza, puesto que el perno suele ser frágil. Son muy fáciles de colocar, cómodos, y sujetan perfectamente el pendiente a la oreja. Puedes incluso dormir con este tipo de pendientes, ya que es muy improbable que se rasgue el lóbulo de la oreja.
2. Cierre omega
Su nombre proviene de su parecido con la letra del alfabeto griego. Este tipo de cierre es uno de los más clásicos y tradicionales y se suele usar en pendientes de mayor peso o tamaño, como con piedras o perlas, porque se ajusta al lóbulo de la oreja, sujetan mejor la pieza y no causa incomodidad a la persona que lo lleva.
3. Cierre tipo gancho o hippie
Es uno de los cierres más populares por su facilidad a la hora de ponerlos, especialmente entre la gente joven. Pueden ser abiertos o cerrados y en general se utilizan para pendientes que cuelgan por debajo del lóbulo de la oreja. Uno de los inconvenientes que tiene este tipo de cierres a nuestro parecer, es que, con un uso prolongado, la oreja pierde definición y se descuelga, provocando que se vea el lóbulo de la oreja. Hay que tener cuidado, además, a la hora de quitarse una prenda por la cabeza para que no se enganche o pierda el pendiente.
4. Cierre catalán
El cierre catalán es una mezcla entre el cierre a presión y el de gancho y funciona de la siguiente manera: hay que encajar una palanca articulada en un pequeño agujero del otro extremo del pendiente. Para cerciorarse de que está bien cerrado, hay que oír un pequeño clic al encajarlo. Es uno de los cierres más seguros y más usados en el mundo de la joyería, ya que al quedar totalmente enganchado es muy poco probable que se abra.
5. Cierre de clip
Este tipo de cierre se caracteriza por su comodidad, ya que no se necesita perforar el lóbulo de la oreja para llevarlo. Es una muy buena opción si se quiere cubrir un lóbulo que visualmente esté desmejorado. Por el contrario, este cierre es más inseguro, pues al no ir perforado en la oreja, tiene más facilidad para soltarse. Dentro de esta clase podemos distinguir dos tipos de cierre: el clip normal o el de rosca. Este último tuvo un gran uso durante los años 60 y hoy en día es muy complicado encontrarlo, puesto que predominan el resto de cierres que venimos hablando.
6. Cierre congo o africano
Se usa especialmente en los aros. Este cierre se compone de una barrita muy fina que encaja en la parte opuesta del aro, cerrando el oro por completo.
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